lunes, 19 de enero de 2009

Estabilidad y plenitud

Tengo un sueño. En el sueño hay estabilidad dentro de mi. Se quien soy y lo que hago. No le doy poder a cada situación o persona que se cruza por mi camino. Conozco mi poder para conseguir lo que deseo. Y hago feliz a los que me rodean.

Ese sueño es mi motor y la razón por la que estoy aquí.

viernes, 16 de enero de 2009

Desde el trabajo que un día fue mi sueño

Hoy escribo desde mi trabajo. Desde el trabajo que quiero dejar. Ahora mismo tengo dos trabajos, coyunturas mandan. Es bastante surrealista el contraste. Y también me aporta, sobre todo para divertirme conmigo mismo.

De lunes a viernes durante 7 horas, menos que más, soy un técnico forestal muy cualificado (en el pasado gestor de grupo de trabajo muy cualificado) en una cooperativa de consultoría que durante muchos años fue uno de mis sueños. Hoy ese sueño se ha derrumbado y me estoy buscando otro lugar.

De miércoles a domingo durante 4 horas nocturnas, soy camarero en un bar de la calle Fuencarral. Allí flipan con lo que hago por las mañanas y lo que no se si saben es que yo me divierto allí. Sirviendo cañas. Ahora mismo lo necesito y también me ayuda. Yo lo se.

Todo ello hace que el viernes sea duro. Es el tercer día de doble jornada y me cuesta levantarme. Así que en el trabajo donde un día estuvo mi sueño me lo tomo con calma. Y por eso escribo aquí.

Más adelante, cuando todo esto haya pasado y lo pueda mirar con perspectiva no se que se me aparecerá. Ahora mismo lo necesito.

Todo este tiempo en el infierno me ha dejado marcas. Y huellas. Perderse a uno mismo trae consecuencias. Me recupero ahora mismo. Las marcas están ahí mismo.

Lo que sí que se es que quiero vivir. Y no es poca conclusión. La sonrisa ha vuelto a mi vida y también la esperanza. Y es mi esperanza.

jueves, 8 de enero de 2009

AMOR y LUZ

Me amo. A pesar de donde estoy ahora mismo. Me amo. Mi luz y mi amor me salvan. Después del viaje los acontecimientos no se han desarrollado como quería. Y es mi responsabilidad.

La crisis personal es muy importante. Y por lo tanto la oportunidad también. Me amo profundamente. Y me perdono. Y perdono. Ya no más odio.

Amor y luz. Pase lo que pase.

miércoles, 7 de enero de 2009

Aeropuerto de Alghero, 1 de noviembre

El día de hoy ha sido difícil y bonito. El sol presente en todo momento. Después de la playa (al irme he leido en un cartel que Porto Ferro es una de las playas más peligrosas de Cerdeña, por las corrientes que se generan al estar la bahía expuesta a todas las variantes de vientos de oeste, que en esta parte del mediterráneo, por influencia atlántica, generan temporales) he vuelto hacia Alghero y por el camino me he desahogado, he sacado el dolor de todas las veces que me he sentido una mierda, que no me he atrevido a moverme, a involucrarme con la vida, a seducir, a sentirme poderoso, por sentirme sucio y marcado. es un dolor traumático fuerte que tengo dentro de mi. Ensucia muchas cosas de mi vida. He dejado que saliera, he llorado, he gritado y me he perdonado. Sé que me queda más dentro. Me ha marcado mucho

Esta noche duermo en mi casa. Espero que Alegría esté y esté con ganas de pasar tiempo conmigo. Regreso a mi vida cotidiana, que está en un punto muy bajo por todo el daño que le he transmitido. Y me compraré otro diario porque este lo he aprovechado en el viaje y como cuaderno del viaje a Cerdeña queda.

martes, 6 de enero de 2009

ALGHERO, 1 de noviembre

Hoy Alghero se ha levantado con un sol potente, como el del domingo pasado, mi primer día en Cerdeña. Solo que hoy la sensación es de la calma trás la tempestad. Para mi también. Ayer viví de nuevo el sufrimiento de no valgo, no soy poderoso. Pase la tarde-noche denigrándome a mi mismo, viendo la televisión digital en el hotel. Me siento fatal de que esto haya sucedido. Una sombra se cernió sobre mi.

Esta mañana he afrontado la situación y para aprender lo importante es tomar medidas cuando vea que me estoy deslizando. Ayer estaba cansado. Los dos últimos días fueron difíciles. Ha llovido mucho y me he pasado horas y horas conduciendo por carreteras sinuosas. Ayer finalmente me deslicé, me dejé caer y me maltraté a mi mismo viviendo el no valgo para nada. Y me castigué denigrándome a mi mismo. No había aflorado hasta ahora, pero es un clásico mío. Así que esto ha sido una buena oportunidad. Todo mi bendito catálogo aflorando.

He sacado esta mañana el dolor que me produce lo que me he denigrado a mi mismo, y también el sentimiento de no valgo. Me lo he perdonado, asumiendo el dolor y el daño causado y me he compormetido como hombre que soy a desarrollar mi luz interior. A amarme verdaderamente (como dice LAO TSE), ya que ese es el camino de mi sanación. Ahora mismo me siento atento a mi interior y expectante por la llegada a Madrid.

Esta mañana he salido a correr, al sol, nuevemante por la playa de mis dos primeros días. Todo en calma. El agua en el suelo presente como rastro de ayer, y en la playa una montaña de algas y restos entregados por el mar. La calma después de la tempestad. La misma playa, idílica y marcada por el paso de las inclemencias. Nuevamente he vivido el regalo como un paralelismo en mi vida. Más allá de los restos del temporal, de los daños y los miedos, soy un hombre maravilloso y poderoso, lleno de luz. Me imbuyo de ello para afrontar mi último día en esta preciosa ISLA del MEDITERRÁNEO.

Paseo por Alghero (L´Alger en catalán). Compro postales y las escribo. Me ayuda. Transmitir amor y sentir a los que amo me cura. Encuentro una cosa para .A. Con mejor ánimo me voy para la playa. De nuevo a Porto Ferro. La playa sigue igual de espectacular. También aparecen los signos de la pasada tempestad en forma de residuos repartidos por la playa. Hace mucho viento y hay oleaje. Practicamente solo los surfistas y yo. Aprovecho para hacer nudismo. Disfruto del último día de playa.

lunes, 5 de enero de 2009

GIARA DI GESTURI, 31 de octubre

Hoy el día se ha levantado también cubierto. Por lo tanto aplazo lo del mar y me dirijo a una meseta próxima donde habitan los últimos caballos salvajes de Cerdeña. Se supone que los trajeron los fenicios hace 3.000 años. En el cartel del parque dicen que no son "autóctonos". Si después de estar 3.000 años en la isla no son autóctonos, ¿Que lo es?.

Me doy un paseo. Veo unos cuantos. Son pequeños, marrones a negros, con las crines y colas largas. A estas horas de media mañana están apaciblemente comiendo o descansando. Me observan tranquilamente y siguen a lo suyo.

La tranquilidad en la meseta es total, solo se escucha el ruido del viento, las hojas de los árboles y los pájaros. Nuevamente la naturaleza llega para regalarme paz para mi alma.

Me he salido del camino al llegar a una laguna y acabo de encontrarme unas construcciones tradicionales, todavía en uso, con 3 caballos pastando en sus alrededores. Me hago con un corcho sardo para llevarme a España. Se trata de dos chozas formadas por una base de piedras de 1,5 metros de altura y un techo cónico muy alto y espigado de troncos de encina joven recubiertos por un mar de arbustos secos. La cavidad interna es muy oscura y tiene una parte central para el fuego. La más grande tiene para colgar un caldero encima de la lumbre. Además de esto hay una curiosa construcción, un cercado de piedras con 3 nichos en los que cabría una persona tumbada. Entiendo que será para los animales y presumo que puede ser para que se metan las ovejas si llueve.

Ahora mismo uno de los caballos está tumbado mirando hacia mi y los otros dos de pie descansando. Ya es el 2º grupo de 3 caballos que veo, y siempre uno de ellos es un potro pequeño. No se si será la pareja y el hijo o la madre y 2 hijos. Claramente hay uno/a que domina, que es el que se queda quieto observandome mientras los otros dos se van tranquilamente, como me paso con el grupo con el que me tope en la laguna. Todo esto entre alcornoques revirados y descorchados.

Llegando al coche me cruzo con un rebaño de cabras. Hay unos señores chivos, con sus barbas y todo.

Está lloviendo y tengo hambre. Voy a comer algo y me subo directamente para Alghero. Me dirijo al Nuraghe, que está cerrado. Llueve cada vez más fuerte. Saco la comida que me queda de otros días y me la como en el aparcamiento del Nuraghe. Después tomo la carretera hacia Alghero.

No ha parado de llover en toda la tarde. Diluvia. Y yo conduzco. Los del tiempo que miré no han acertado nada de nada. Espero que mañana el tiempo me de una tregua y pueda bañarme y tomar el sol de despedida. Una sombra se va cerniendo sobre mi alma.

Me equivoco de salida en la autopista. Estoy más al sur de lo que creía. Tomo las carreteras secundarias. De nuevo curvas y montañas. Vegetación exuberante, verde. Estoy cansado de lluvia y conducción. Cuando llego al mar estoy ya un poco bajo para afrontar el tramo final. Una sombra se cierne sobre mi alma.

Acabo de divisar el mar, hoy agitado, en BOSA y diviso la costa mediterránea que me separa de Alghero. Estoy dentro del coche, no para de llover. Me ha costado dejar de lado la Costa Verde. Sin embargo creo que ha sido una buena decisión. Esta lloviendo mucho y probablemente acabaría en un lugar muy solitario, como ayer, y con una buena paliza en el cuerpo. Cada vez llueve con más intensidad. Y una sombra se cierne sobre mi alma. Hoy me apetece el calor del amor y de las personas. Una ciudad con gente y vida a mi alrededor. Alghero esta bien. Y una sombra se cierne sobre mi alma.