sábado, 15 de noviembre de 2008

CALA GONONE, 28 de octubre

Hoy ha amanecido muy pronto para mi. Ayer a las 22:00 horas estaba grogui.

Antes de las 6 de la mañana ya estaba despierto. He vivido el amanecer: primero los pájaros que empiezan a  piar y luego ya viene la luz, que poco a poco se va apoderando de la escena. Mientras tanto leo a Sidney Lumet y me gusta.

A las 7 de la mañana rezo y me hago una miniceremonia en la que me repito en voz alta que soy una persona maravillosa. Asumo mis resistencias y mi cárcel mental, que siempre acuden raudas para hacerme sentir mal, o impuro, o... Decido no darles poder. Algún día dejarán de molestarme.

Así que me concentro en lo mío: Soy maravilloso.

Por la mañana empieza a llover. No pinta muy bien el tiempo. Bajo a desayunar y continúo a la expectativa. Mi plan de este día es ir a Cala Luna andando, regresando por la tarde en barco y mañana hacer el crucero por el golfo parando en distintas Calas a las que solo se puede acceder desde el barco. Pregunto por la predicción del tiempo: esta mañana bien y luego empeora sensiblemente, mañana lluvia.

Me acuerdo de la Costa de Amalfi, también en Italia. Allí llovía casi todos los días y también hacía calor, así que en cualquier momento el sol se aprovechaba. Me acuerdo de Alegría, como en todos estos días.

Decido coger hoy el barco para aprovechar la posibilidad de algo de buen tiempo. Pregunto: hoy no hay posibilidad de crucero, mar tiempo y poca gente. Tengo que esperar hasta las 10 y ya veremos.

Me siento a seguir con Sidney Lumet en un balancín con vistas al mar y al golfo. No sabría como explicarlo. Se está realmente a gusto¡¡¡.

A las 10 se confirma. No crucero. solo la posibilidad de Cala Luna. Me apunto.

El día es malo y aún así me llama la atención, en el barco que nos lleva a la cala, la pinta de montañeros que tienen casi todos mis acompañantes. ¡¡¡ Nadie diría que vamos a pasar un día a una paradisiaca playa en medio de una naturaleza desbordante. Tanta mochila me extraña.

Llegamos a la Cala y el tiempo no promete, ¡¡¡Ni rastro del sol¡¡¡ La Cala Luna, llamada así por su forma de media luna, impresiona de verdad. Se ubica en la desembocadura de un barranco, que es realmente un tremendo desfiladero, continuando la extensión de arena bajo las rocas en una zona con grutas. Todo está cubierto de una exuberante vegetación mediterránea, sobre todo sabinas y lentiscos, que cubre todas las montañas salvo unas espléndidas paredes blancas. Tras la arena se forma, del agua que baja de la montaña, un pequeño lago con sus carrizos. Merece la pena, desde luego.

Nada más llegar una pareja de chavales franceses se pone a escalar. Los miro asombrado. El tiempo empeora, ya llueve y el horizonte está muy negro. Me baño varias veces y en una de estás decido adentrarme en el mar para ver si sobrepaso la roa de la derecha y puedo contemplar el lado derecho del golfo desde el agua. Nado y nado. El mar me recuerda al de Granada, parece calmado y tranquilo y sin embargo es poderoso, con fuertes corrientes. Yo también me siento poderoso. De repente un pedazo de trueno de mar. Lo digo así porque las tormentas en el mar no se parecen a las de tierra adentro. Sigo adelante. Comienza a llover más fuerte. Noto la corriente. Ya estoy cerca de mi destino cuando pega otro petardazo. Preso más atención y me percato de que la tormenta se aproxima a buen ritmo.

Doy media vuelta apresurado. Nado muy bien y eso siempre me aporta seguridad en el mar. aún así me cuesta lo mío regresar a la orilla, igual me he excedido un poco. Cuando llego a la orilla jarrea. Todo el mundo se parapeta en las cuevas. La pareja sigue escalando. Y yo sin toalla.

Durante un buen rato se pone muy, muy negro. rayos y truenos. Refresca. Para moverme me doy un pequeño paseo por el desfiladero. Viene el barco y se marcha casi vacío. Valientes, la mayoría de la expedición permanecemos en la Cala. Hasta las 16 horas no vuelve el barco. Al poco el tiempo empieza a mejorar, hasta sale el sol un rato. Salgo de mi escondite cavernoso y me dirijo a la playa abierta. Empieza a llegar gente que viene caminando.

En cuanto sale el sol se descubre el pastel. El 80% de la gente que venía en el barco se destapa y se ponen a escalar. Todos son escaladores¡¡¡ Llega otro grupo andando mientras metabolizo los escasos rayos de sol. Se desvisten y CHAN¡¡¡ Están cachotas, muy cachotas¡¡¡ Más escaladores. Sin darme cuenta he ido a parar a un paraíso de los escaladores. Las paredes se llenan. Observo curioso. Disfruto. Tiene su gracia. Pienso en Alegría nuevamente, y en que estaría en el paraíso entre tanto cachotas.

Veo a un padre de familia normal (no esta gordo ni nada) intentar meterse en el agua, con dificultad, y pienso que aún lo lleva peor que yo. Sin embargo él es feliz, o eso aparenta allí disfrutando del mar y sus hijos. Como yo en ese momento. Y supongo que los cachotas también, escalando sin parar por estás paredes y voladizos.

Como, me baño y leo. Me cambio de ropa. Hace frío y el sol ya no va a volver a salir. Cuando llega el barco lo estoy deseando YA. Estoy pelado de frío y húmedo por todos los lados. Hace poco han llegado 4 alemanas (como el 70% aquí, el otro 25% son franceses y luego estamos el resto) en las que me fijé ayer en la cena. Cuatro mujeres juntas haciendo un viaje. Me planteo lo que veo y siento y no les pillo el punto. Puede que sean demasiado alemanas para mi.

Regresamos en el barco. El mar se está levantando. La costa del golfo vuelve a aparecer ante nosotros espectacular. Monolitos blancos de 1000 metros que caen a plomo sobre el mar. Acantilados. Grutas. Calas.

Llegamos a Cala Gonone y me las piro zumbando al hotel. Necesito una ducha caliente¡¡¡. Despues de un buen rato en la ducha me meto en la cama y me duermo una siesta. La primera del viaje. Cuando despierto, salgo y me doy una vuelta. Compro colores y una postal, para .A. Me pillo un helado y me siento al lado del mar. Me comunico con Alegría, le mando un mensaje y escribo la postal. De momento no hay manera de conectarse a internet, la temporada baja hace estragos en este aspecto. Ceno.

Las previsiones del tiempo no son nada buenas. Necesito planes alternativos. Si mañana hace muy malo adelanto mi partida hacia Cagliary. Me voy a dormir.

1 comentario:

Dacil TECNOLOGIA dijo...

querido PABLO me ha gustado mucho esta entrada.
Me he reído, y he estado un rato en Cerdegna contigo. te siento vivo, divertido, interesante, tranquilo y sincero y ME GUSTA
me han dado unas ganas tremendísimas de verte y tomarnos algo por ahí charlando, pasándolo bien sin más y disfrutando de lo más tú de tí.
TE QUIERO GUAPETÓN
muchas gracias por compartir todo esto