miércoles, 12 de noviembre de 2008

Cala Gonone, noche del 27 de octubre

Escribo por la noche, desde Cala Gonone, satisfecho y tranquilo. A pesar de sentirme muy inquieto seguí a lo mío, con mis vacaciones.

Llegué al mediodía a la zona de Su Gurropu donde todo estaba cerrado (temporada muy baja ya). No me importó. Me paré a comer en un diminuto merendero. El lugar no era como para tirar cohetes y yo no estaba como para tirar cohetes. Comí los productos que había comprado por la mañana y me decidí a buscar el Su Gurropu. Ir más allá, lo que siempre ha sido uno de mis límites.

A las 14:50 se acaba la carretera y veo el cartel (Su Gurropu). Echo a andar, a buen ritmo. Estoy decidido a llegar a mi destino, el que sea. Poco a poco me voy sumergiendo en un escenario espectacular. Preciosas valles cubiertos de vegetación: encinas, madroños (Arburtus unedo, llamado así por Plinio para avisar de que no te comas más de un fruto porque te estriñes. Yo me comí unos cuantos), acebuches, mirtos, brezos, olivillas, alisos,... Me recuerda a una laurisilva por dominan los arbustos. Solo oigo los pájaros.

Como un poseso sigo andando hacia mi destino. Me cruzo con un forestal que me dice que faltan 7 km. Son las 15:10. Sigo avanzando. Me voy cruzando con los que vuelven. El paisaje y la naturaleza sobrecogen. Me doy cuenta de que por mucho entorno que haya no sirve de nada si no puedes disfrutarlo. Decido pasar de mi cabeza, a pesar de que está muy pesada. Sigo adelante. Finalmente a las 16:15 llego a mi destino. El camino acaba en el inicio de un espectacular desfiladero. No hay agua. Por el ya no me puedo meter, pronto va a anochecer y además he venido con los tennis y no son nada adecuados.

Me siento satisfecho por haber llegado y le doy las gracias a un lugar tan especial.

Me vuelvo. Enseguida me encuentro con una gran encina que ya había fichado. Me abrazo a ella. Siento todo su poder y energía. Me confieso ante ella y grito NO¡¡¡. NO a sentirme una caca impotente. NO a volver a cagarla por miedo. NO a sentirme una mierda por la situación actual. Me libera. La vuelta la hago casi entera corriendo. Una carrera liberadora por una naturaleza total. En una fuente bendigo el agua y le pido que me ayude.

Finalmente llego de vuelta al puente sobre el río a las 17:20, ya es casi de noche. No hay nadie. Me desnudo y me doy un baño en la poza. Ya me he limpiado del todo. Cuando salgo soy otra persona.

Ya es de noche.

Parto hacia Cala Gonone. Encuentro alojamiento, me ducho, me cuido y salgo a cenar. Tengo un chute de endorfinas. Mañana será otro día.

No hay comentarios: